Por primera vez en una década, Irán volvió a estar bajo sanciones internacionales de la ONU. Las medidas entraron en vigor la noche del sábado 27 de septiembre de 2025, luego de que el Consejo de Seguridad activara el mecanismo de “snapback” tras el fracaso de las negociaciones nucleares.
El paquete sancionatorio restablece embargos de armas, restricciones económicas y limitaciones financieras, dejando en evidencia la falta de avances en los diálogos entre Teherán y las potencias occidentales. La decisión se tomó luego de que Rusia y China no lograran aplazar la fecha límite.
Estados Unidos insiste en el diálogo directo
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, instó al Gobierno iraní a aceptar conversaciones directas. “La diplomacia sigue siendo la mejor salida para el pueblo iraní y el mundo. Pero Irán debe dialogar de buena fe, sin demoras”, sostuvo en un comunicado en el que además pidió a los países miembros de la ONU implementar de inmediato las sanciones.
Desde Nueva York, el presidente iraní Masud Pezeshkian calificó como “inaceptable” la propuesta estadounidense de entregar todo su uranio enriquecido a cambio de una moratoria de tres meses en las sanciones.
Europa activa el “snapback”
El grupo europeo E3 (Francia, Reino Unido y Alemania) reactivó en agosto el mecanismo que permite restablecer automáticamente las sanciones levantadas en 2015. La medida se concretó en 30 días tras constatar que Irán no cumplió con tres compromisos clave:
- Reanudar el diálogo con Estados Unidos.
- Permitir la inspección de instalaciones nucleares por parte del OIEA.
- Establecer protocolos de seguridad sobre sus reservas de uranio enriquecido.
En un comunicado conjunto, los ministros europeos exhortaron a Irán a abstenerse de cualquier escalada y a volver a sus compromisos de salvaguarda.
Respuesta de Irán y tensiones regionales
Teherán reaccionó llamando a consultas a sus embajadores en París, Berlín y Londres. El presidente Pezeshkian denunció que Europa actúa bajo presión de Washington y reiteró que su país seguirá siendo parte del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Sin embargo, el impacto económico ya se siente. El rial iraní cayó a un nuevo mínimo histórico: 1,12 millones por dólar en el mercado negro, lo que generó un aumento inmediato de precios en bienes básicos, según medios locales.
“Ya era difícil vivir con la inflación, ahora será peor”, expresó Dariush, un ingeniero residente en Teherán.
Rusia y China marcan distancia
Moscú rechazó las sanciones, a las que calificó de “inválidas”. El canciller Serguéi Lavrov acusó a Occidente de utilizar el Consejo de Seguridad para obtener concesiones unilaterales de Teherán. China también cuestionó el proceso, alegando que socava las vías diplomáticas.
Ambas potencias mantienen acuerdos de cooperación energética y militar con Irán, por lo que su negativa abre un nuevo flanco de tensión dentro del Consejo.
Riesgo nuclear latente
Expertos europeos sostienen que Irán posee alrededor de 450 kilos de uranio enriquecido al 60%, cantidad suficiente que, si se lleva al 90%, podría servir para fabricar entre 8 y 10 armas nucleares.
Teherán lo niega de manera categórica. “Irán nunca ha buscado ni buscará fabricar una bomba atómica. No queremos armas nucleares”, insistió el presidente Pezeshkian durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU.
Un escenario incierto
La reimposición de sanciones devuelve la tensión a niveles similares a los previos al acuerdo nuclear de 2015, cuando la comunidad internacional logró un histórico pacto con Irán. Sin embargo, la salida de Estados Unidos en 2018, durante la administración Trump, marcó el inicio del deterioro.
Hoy, la incertidumbre domina el panorama. Con la economía iraní bajo presión y la geopolítica regional aún más frágil, el regreso de las sanciones abre un nuevo capítulo en una crisis que enfrenta a Teherán con Occidente y que amenaza con extender la inestabilidad en Medio Oriente.